Todos de asombran de lo grande que está Francisco. Debe ser así. Tal vez yo no me doy cuenta porque lo veo todos los días. Lo que sí, lo noto mucho más atento, y se da a entender en algunas cosas (sobre todo las que no le gustan).
En éstos días que estuve convaleciente y no pudimos estar juntos, nos extrañamos mucho. Por suerte ahora lo puedo empezar a malcriar otra vez.
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