Espero que pronto comiencen los días lindos para que Francisco nos pueda acompañar cuando salimos. Es que El Rey ya extraña, y las chicas nos cuentan que cuándo nos vamos empieza a lloriquear y se pone molesto.
Francisco está mucho mejor cada día que pasa, está más conectado con todo lo que pasa a su alrededor, participa más cuándo jugamos con él, está mucho más tiempo de pie en el bipedestador o sentado en la sillita sin protestar (siempre y cuando no esté solo). Inclusive el viernes, a Daniel, su terapista físico, le llamó la atención lo bien que estaba parado (por supuesto con su ayuda).
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